domingo, julio 22, 2007

Y volvió del desierto ...

Un día de tantos simplemente desapareció ...

Nadie sabía nada de él ...
desert

Nadie.


Ni siquiera él mismo.


No sabía muy bien dónde se encontraba.


De un tiempo para acá, sentía que estaba en el desierto.


De un tiempo para acá sentía que estaba en el desierto más árido, el más solitario, el más desolado.




Aunque en realidad, él no estaba en el desierto.


Lo llevaba con él.


Lo llevaba en su cerebro ...


Sí, en su cerebro ...


Porque era su cerebro el que estaba desierto, árido, solitario, desolado, vacío, muy vacío.


Vacío de ideas ... de inspiración ... de sentimientos ... de palabras ... de letras.


Por eso ya no escribía.


Él sabía perfectamente que no era buen escritor, pero aún así disfrutaba escribiendo ... y leyendo él mismo sus historias, para sí, para él.


Porque a cada una de sus historias les agregaba un pedacito de su propia vida, de su propia historia.


Por eso le gustaba leérselas a él mismo, porque al hacerlo, recordaba momentos vividos, buenos y malos ... y no tan malos ... y no tan buenos.


Pero un día decidió compartirlas, así que, les agregó algunas de sus fotografías, y las publicó en la internet, en un blog, al que le puso un nombre poco original; simplemente lo llamó :


Fotos y Letras ...



En todo eso pensaba mientras caminaba .



Y caminaba ...


Bajo el calcinante sol, sobre el pedregoso suelo, en la inmensidad de aquel desierto.


Ó al menos intentaba hacerlo.


Un paso a la vez, un paso a la vez, un paso a la vez.


En su mente se repetía esa frase rítmicamente, monótonamente.


Y así logró seguir en movimiento.


Aunque varias veces estuvo a punto de rendirse, no lo hizo.


¿ Por qué ?


Buena pregunta ...


¿ Por qué seguía caminando ?


Otra buena pregunta ...


¿ Qué lo motivaba a seguir ?


La mejor pregunta de todas ...


¿ Y la respuesta ?


Las flores que encontró en la última parte de su recorrido.


¿ Cuáles flores ?


Las que vió en los cactus que fué encontrando a los costados del solitario camino por el que iba, y que lo acompañaron durante el tramo final de su desvarío, y le mostraron que aún en el más árido desierto, podía encontrar una razón para alegrar su vista, su alma y su cerebro ...


Sobre todo su cerebro, que últimamente andaba un poco desmotivado, aburrido, perdido.


Pero, ¿ Cuáles flores ?


Las que representaban los comentarios de quienes seguían pasando a visitar su lugar, y preguntaban por él ...

Y por sus Fotos ...


Y por sus Letras ...


Así que ...


Pensando en esos comentarios, siguió adelante, un paso a la vez, un pensamiento a la vez, un sentimiento a la vez .







Y así, de pronto, casi sin darse cuenta, llegó al final del desierto, y se encontró con un pequeño oasis donde descansó por un momento, aspiró una gran bocanada de aire puro, enderezó la espalda y echó a andar hacia el mundo con nuevos bríos, mientras pensaba :



Volví del desierto ...






Luna Agua , Catira y Bettina Perroni , ustedes me hicieron retomar el blog, Mil Gracias por sus comentarios y por seguir pasando ...
También agradezco a quienes estuvieron por aquí durante mi ausencia sin comentar, pero dejando huella en el contador de visitas.

Afectuosamente :

Aquiles.